Introducción a la historia de las religiones parte II: profundización en los textos y contextos de las religiones orientales y las tres religiones del libro

 Hola! Comienza el 7 de marzo un Seminario, 

Introducción a la historia de las religiones parte II: profundización en los textos y contextos de las religiones orientales y las tres religiones del libro

La matrícula puede hacerse en las modalidades online y presencial, en el enlace: https://cemed.ugr.es/curso/24gr11/

‘Nefarious’, estreno de una nueva película sobre el demonio

(Podemos decir que han estado endemoniados líderes que siendo mediocres en algunos años han hecho mucho daño, como fueron Hitler o Stalin)

Se estrena en España la película Nefaroius (2023), que provoca muchos comentarios, en mi opinión porque: por un lado es un tema “extraordinario” que mueve a la curiosidad, como es el de las posesiones; y por otro, porque es una interpretación “tradicional” que choca con la visión de una cultura de hoy, donde esa doctrina tiene rechazo; así, está servida la polémica entre esas dos visiones que chocan entre sí, en lo que respecta al demonio, lo tradicional y la cultura actual.

Si hubiera sido cine fantástico, sería más bien aburrido por falta de efectos especiales (y los que vayan a buscar el género de terror se aburrirán). Es cine realista en un ambiente fantástico, y esto hará que la encuentren una película estupenda, los que piensen que la sociedad tiene falta de fe y que debería volver a ser cristiana. E irán contra ella, los que piensen que hay que actualizar esos modelos trasnochados, pues si el demonio actúa, lo hará no solamente sobre personas sino sobre estructuras sociales, y como diría C.S. Lewis en su obra “Cartas del diablo a su sobrino”, la gran estrategia del demonio en nuestros días es hacer ver que no existe.

La película tiene por tanto unos diálogos muy amplios, siguiendo la novela, en los que se va tocando toda la doctrina tradicional sobre los endemoniados. Las posesiones demoníacas y exorcismosson temas que han sido explorados en diversas culturas y religiones a lo largo de la historia. Muchas creencias antiguas presentaban al Demiurgo o un principio del mal que iba contra Dios o el Bien.

Para los griegos como Platón, los daimono demonios en el sentido de “genios” inspiraban a los filósofos como Sócrates en ciertos arrobos místicos. Y es que los griegos no tenían unos principios del mal, sino que los mismos dioses eran buenos o caóticos según el momento. En la fe cristiana, se define claramente que el demonio es solamente una criatura que se opone a Dios con una fuerza muy relativa, y en cambio Dios es bueno y misericordioso y que no es suya ninguna fuerza maligna.

Esta creencia en la posesión demoníaca fue reforzada en el ambiente judío, y Jesús hace muchos milagros de expulsar demonios, algunos eran posesiones, y otros quizá fenómenos entonces no explicados (ahora con los avances médicos podemos interpretar que algunas de esas curaciones podían ser enfermedades mentales como epilepsias, que entonces no estaban catalogadas y podían parecer cosa del demonio).

Milagros y curaciones de Jesús son pruebas de credibilidad sobre su acción divina. En cambio, en otros casos son claramente posesiones por el contexto, como cuando el demonio huye de la fuerza de Jesús, o le responde a sus preguntas. El caso más clamoroso, es cuando responde el endemoniado: “me llamo Legión, porque somos muchos”, y Jesús los manda a una piara de cerdos, que se caen por un barranco.

Endemoniado es cuando un ser maligno o demonio ha tomado el control del cuerpo de una persona. Varias tradiciones religiosas, como el cristianismo, el islam y algunas culturas paganas, tienen una gran literatura sobre muchos casos.

En algún momento de la historia vemos la acción del maligno en el mundo, podemos decir que han estado endemoniados líderes que siendo mediocres en algunos años han hecho mucho daño como fueron Hitler o Stalin, mientras les fueron comunicados esos poderes demoníacos, y una vez retirados, se quedaron sin esos poderes, como fue la caída de Hitler, o en el caso del sistema URSS la caída del muro de Berlín después de un derrumbamiento del poder interno.

Pero sin duda, hay una larga tradición de personas sencillas que por razones que desconocemos, han sido poseídas por el demonio, y las vemos en el Evangelio. Otras, han sido por afán codicioso o de posesión de un amor, como han contado muchas historias en el medievo, y en España quedan muchos puentes con el nombre de “el puente del diablo” por esos tratos de vender el alma al demonio.

La Iglesia enseña que la doctrina sobre la acción de Satanás no es de temor a esas posesiones extraordinarias, pues si en el corazón hay amor no hay cabida para nada malo, incluso en el caso de una acción diabólica no hay culpa en ella si la persona tiene su corazón puesto en Dios. Por eso, la doctrina cristiana enseña que la oración y confianza en el amor de Dios nos lleva a la seguridad de una esperanza que nos hace vivir aquellas palabras de Jesús: “no tengáis miedo” pues con él “hemos vencido al maligno”, y rezar el padrenuestro (“no nos dejes caer en la tentación”, o según alguna traducción “que no caigamos en poder del Maligno”); y el Avemaría, pues la devoción a María es segura: ninguna persona que acuda a su protección, invocando su auxilio, queda desamparada de la salvación (como se dice en la oración “Acordaos…”); de ahí que se ha popularizado la devoción de las tres Avemarías por la noche y el escapulario, que recoge la tradición carmelita de que arropados en la protección maternal de María, ella nos conducirá de su mano al cielo en el momento de la muerte.

La importancia de la actitud

Por: Llucià Pou Sabaté | Fuente: Catholic.net

Con frecuencia nos dicen hoy que el secreto de tener paz es no dejar que nuestra vida gire alrededor de lo que pasa fuera, las circunstancias, sino que la realidad depende de la forma en que nos tomamos las cosas, de nuestra actitud. Todo depende de cómo nos tomamos las cosas, de la actitud, pero está claro que esto no es algo automático, pues muchas personas que quieren tener paz no dejan de tener cierta angustia, incluso podemos sentirnos como el que no sabe nadar y se encuentra “sin hacer pie” con la sensación de ahogo, en el mar de la vida, desencantados e inseguros, con pensamientos negativos que se amontonan en la cabeza en desorden… por la pérdida de trabajo o miedo a perderlo, miedo a perder la salud… Por tanto, no depende la actitud de algo automático que podemos controlar, sino de un trabajo interior que se basa en una comprensión, que nos mueve a desarrollar una “gimnasia” de evitar pensamientos contaminantes, y desarrollar actitudes positivas de acuerdo con esa nueva realidad que vamos conociendo. Vamos ahora a ver lo que podría ser la base de esta comprensión.

Precisamente cuando llega algo malo en nuestra actividad exterior, ahí es importante que no nos quedemos en la estacada pues en aquella contrariedad intuimos que hay algo más, tenemos una experiencia de que puede llegar a ser un cierto conocimiento vago por lo menos, algo aunque sea confuso, de que la nuestra vida está siendo sostenida por unas manos amorosas…1 Los que optan por la trascendencia oyen el eco de esa voz que lleva a zambullirse en la interioridad más íntima, de Alguien que nos ama. Esto hace que por encima de la soledad esté la compañía, el descubrimiento de una chispa divina en lo interior, “más interior a mí que lo más íntimo mío”2, y ese encuentro es siempre fecundo y es un tipo de comunicación único que desvanece toda soledad como la niebla con el sol. Esta bendita soledad interior es camino de la soledad a la comunión, y se pasa por un descubrimiento de cierta voz interior, que precisamente no nos cierra a nosotros mismos, sino que intuimos que hemos de tener confianza en alguna persona para recuperar en esos momentos la brújula interior, y saber para dónde ir en medio de un tornado. Pues si conquistamos esa paz interior, en medio del tornado podemos sentarnos tranquilamente en una silla mientras todo vuela a nuestro  alrededor.

En nuestra vida hay contrariedades, cada uno puede recordar aquello que le ha quitado la paz alguna vez. Ganar en la paz interior no es ser  invulnerables a las circunstancias exteriores, pero en medio de ellas tener paz. Para ello, necesitamos una comprensión, pues “cuando hay un por qué es muy fácil el cómo3 (frase de Nietzsche que ha usado mucho el psiquiatra Viktor Frankl). Eso sí, aparte de tener esa luz interior, necesitamos la confianza en ciertas personas podemos tener un contacto con la realidad, y no estaremos nunca neuróticos, no acabaremos “mal de la azotea”. Lo que digan los demás poco nos importa, que nos llamen locos si quieren, porque nos importa la opinión de esas personas que nos dan confianza. A mí personalmente no me han faltado esos amigos que me han sostenido, y pienso que se nos ha puesto en el camino esas personas oportunas, en el momento oportuno. Una vez existen esas personas ni siquiera hace falta ya verlas. Cuando hay un amigo, todo es soportable, más aún: útil para el crecimiento.

Cuentan los expertos que el primer año de la vida de una persona probablemente es el más influyente de su vida: sentirse mirado con amor le da seguridad, confiabilidad en la vida, y un desarrollo armónico y equilibrado. Lo he comprobado al ver la alegría de niños que sienten esa seguridad de sentirse amados. Pienso que lo que nos da paz interior es sentirnos seguros, sentirnos mirados con amor por alguien que nos cuida y que no va a fallarnos. Esa mano amorosa, invisible, no es fácil de percibir en ciertas formas de cultura actual. No me refiero ahora a una religión concreta, aunque sin duda nadie como Jesús nos habla de la filiación divina, de poder tener la osadía (parresia, en griego) de un niño pequeño que llama a Dios con el apelativo confiado abba, papá. Sentirse en las manos de Dios da una paz imperturbable pues nada malo nos puede pasar, todo tendrá un sentido, todo será para bien.

Este sentido de filiación divina no siempre se ha vivido. Por desgracia, a veces la religión ha sido fuente de obsesiones y escrúpulos para muchos, con la culpa continua de haber pecado y el remordimiento consiguiente, y el miedo a la condenación eterna. Son creencias obsesivas que van unidas a un control de las conciencias con pretextos religiosos. Cuando Jesús dice “la paz esté con vosotros” está precisamente dando la clave de lo que viene de Dios: si algo nos da paz, es de Dios, si no da paz aquello viene de una creencia falsa. “Dios tiene pensamientos de paz y no de aflicción” (Jeremías 29,11).

Jesús ha insistido siempre en el “no tengáis miedo”. Lo que está claro es que si nos sabemos cuidados por esa providencia divina, si sentimos esa mirada, tendremos paz. La clave está en abrir las puertas del corazón a esa mirada amorosa, sin temor porque estamos en buenas manos, se trata entonces de dejarnos guiar, como el niño que se deja conducir en bicicleta porque él se cae si lleva solo el manillar.

———————

1. Hablé de ello en https://es.catholic.net/op/articulos/822/cat/141/alegria-y-cruz-en-el-adolescente.html

2. S. Agustín, Confesiones , III, 6, 11.

3 .“Cuando uno tiene su propio ¿por qué? de la vida se aviene a casi todo ¿cómo?”: Nietzsche, Götzen-Dämmerung (Crepúsculo de los Ídolos), en la sección “Sprüche und Pfeile” (Sentencias y Flechas), §12 (tomado de https://blogdenotasnietzsche.wordpress.com/2010/02/04/quien-tiene-un-porque-para-vivir-encontrara-casi-siempre-el-como/).