Sal y Luz
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará? No vale sino para tirarla fuera y que la pisotee la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en lo alto de un monte; ni se enciende una luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelero a fin de que alumbre a todos los de la casa. Alumbre así vuestra luz ante los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los Cielos.» (Mateo 5, 13-16)
Sal y Luz:
(Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará? No vale sino para tirarla fuera y que la pisotee la gente.)
Salario deriva del latín salarium, que significa pago por sal:
Salario. En Roma a los soldados les pagaban una parte en sal (gastándose poco a poco), no había otra forma de conservar los alimentos. En una buena comida si damos la receta no mencionamos la sal, si acaso se dice: y una pizca de sal. Pero si no la pones la comida no sabe a nada.
La sal del Evangelio:
Todos los cristianos bautizados son discípulos y misioneros están llamados a convertirse en un Evangelio vivo en el mundo: con una vida santa dará «sabor» a diferentes ambientes y se defiende de la corrupción, como la sal (Papa Francisco).
. La sal no espera ser reconocida. La luz se abre de forma humilde y sencilla y sin estos dos elementos no sería posible la vida de los cristianos.
Miguel Pons Morito