Autoestima y depresión: cuando el vacío no lo llena ni el éxito

A veces se piensa que una persona deprimida tiene una autoestima baja porque ha fracasado en la vida. Pero la realidad es mucho más compleja. Existen personas con reconocimiento social, fama, riqueza y relaciones afectuosas que, sin embargo, han caído en una profunda tristeza, incluso hasta el suicidio. Casos como los de Robin Williams, Marilyn Monroe, Vincent Van Gogh, Virginia Woolf o Kurt Cobain nos lo recuerdan: el éxito externo no siempre protege del vacío interior.

🧠 Freud y el error de confundir la depresión con una “lucidez cruel”

Freud llegó a sugerir que una persona deprimida, al acusarse de inútil o sin valor, no hacía otra cosa que reconocer una verdad incómoda sobre sí misma. Como si el bajón emocional fuera una suerte de revelación objetiva.

Pero esa idea es falsa y peligrosa.
La depresión no es una forma de clarividencia, sino de distorsión. Una mente deprimida ve todo teñido de gris. Y se juzga con un filtro oscuro que exagera defectos y minimiza logros.

Lo que esa persona experimenta no es la verdad, sino un sesgo cognitivo.


🔍 ¿Qué ocurre con la autoestima en la depresión?

1. Autoestima condicional

Muchas personas basan su autoestima en lo que logran, aportan o tienen. Cuando esas condiciones externas fallan (no me hago rico, pierdo un ser querido, no soy reconocido), se desmorona su sentido de valía.

“Yo tenía sentido en la vida mientras aspiraba a ser rico”, me dijo una persona. Al no conseguirlo, se hundió. No había valor intrínseco. Solo valor por comparación o resultado.

2. Autoestima frágil con éxito externo

Numerosos artistas, escritores, músicos y celebridades han vivido esta paradoja: lo tienen todo… y sienten que no tienen nada. ¿Por qué?

Porque la aprobación externa no compensa una autopercepción deteriorada. Aunque te amen, si tú no puedes amarte, el vacío permanece.


💡 La autoestima real: valor intrínseco, no condicional

Una autoestima sana no depende del aplauso, ni del logro, ni de la comparación. Brota de la convicción profunda de que tengo valor por ser, no solo por hacer.

Esto no significa dejar de crecer, sino no atar nuestra dignidad a variables externas.

La distorsión cognitiva más común en la depresión es justamente esta:

“No valgo nada si no cumplo con X.”
“Sin éxito, amor o reconocimiento… no soy nadie.”

Y esto es falso. Doloroso, sí. Pero falso.


📚 Cuando tenerlo todo no basta

Los casos de Marilyn Monroe, Mark Rothko, Freddie Prinze, Jonathan Brandis, Michael Hutchence, Ernest Hemingway, Lucy Gordon, Charles Boyer, Pedro Armendáriz, Emilio Salgari, Mindy McCready… nos recuerdan que una vida llena de logros puede vaciarse por dentro si falta esa raíz interior: el valor personal, la conexión con uno mismo, el sentido más allá del éxito.


🌱 ¿Qué podemos hacer?

  • Cuestionar la idea de que valgo solo por lo que logro.
  • Revisar las creencias que atan la autoestima a la productividad.
  • Cultivar el vínculo interno: con uno mismo, con lo espiritual, con lo esencial.
  • Buscar ayuda cuando la mente no puede salir sola del túnel.

La autoestima no es arrogancia. Es dignidad interior. Y es una de las llaves más importantes para prevenir, tratar y comprender la depresión.

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