Ave María!
Ave María! ¡Benigna Doncella! Oh, escucha la oración de una doncella. Porque tú puedes oír en medio de la soledad. Es que tú, es que tú puedes salvar en medio de la desesperación. Dormimos seguros hasta el día siguiente A pesar de que hemos sido desterrados por el hombre injuriado. Oh, Doncella, ve el dolor…