
Ante esas críticas, en lugar de considerar que son ataques personales que nos hunden, podemos entender la postura del otro y dar respuestas asertivas. Ejemplos de respuestas desactivadoras:
- Crítica: “Eres una carga para el equipo.”
Respuesta: “Puede ser que a veces no haya estado a la altura, y lo valoro. Estoy trabajando en ello.” - Crítica: “No puedo confiar en ti.”
Respuesta: “Quizá no. Y si no hay confianza, necesitamos hablarlo a fondo.”
Este enfoque permite que la otra persona no tenga contra quién chocar, y eventualmente se desactive la dinámica de ataque-defensa. Enseña que lo que se resiste, persiste. En cambio, lo que se comprende y no se alimenta, pierde su fuerza.